viernes, 22 de junio de 2012

El cementerio

Cemento frío que guarda cálidos recuerdos de inmemorables personas; esperaban vivir a través del recuerdo y evitar la espantosa imagen del polvo y la nada.

Innecesarios rituales profanos que en sus pomposos movimientos pedían atención en incestuosa competencia para proclamarse el más sacro.

Símbolos distorsionados por el tiempo e interpretaciones, yacían sórdidos, fríos como recordatorio inexorable de lo que nos depara y no como reconfortante amuleto de una esperanza vana.

Colección de piedras y huesos,
De nauseabundas memorias y de muertas promesas. Las flores marchitas señalan lo fútil y lo fácil que es olvidar.

4 comentarios:

  1. Querido Carlos Ernesto, sigo insistiendo que tus textos tienen mucho de filosóficos. Este texto lo podríamos catalogar de siniesto o depresivo, más yo sin embargo lo miro desde otro punto de vista. Le encuentro reflexión y mucha verdad en lo que expones sobre todo en el cierre. Aunque en lo personal pienso que olvidar no es muy fácil, se necesita un proceso pero el olvido llega sin duda.

    Felicitaciones. Veo que estás prolifero.

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  2. Profundo y muy cierto lo que dices en tu escrito. Además te expresas de un forma excelente - como vos dices: todo es distorsionado y casi profano. Transformamos el dfolor en gestos innecesarios. Olvidando lo verdadero.

    Escribes muy biien!

    Saludos.

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  3. Te felicito por tu texto, prosa poética que me recuerda quizás a Valery. Muy profundo y sentido. Sigue así escribes muy bien.

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  4. Muchas gracias por sus comentarios me motivan a continuar con el mi vano intento de ser escritor

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