jueves, 20 de agosto de 2009

Sentido Común: ¿El menos común de los sentidos?


No importa en qué plano ontológico nos situemos, aparenta demostrarse que el sentido común tiende a no serlo. Por ejemplo: si una familia tiene un ingreso mensual de diez (10) unidades monetarias, signficaría que su presupuesto debe ajustarse a ese monto, sin embargo, dicha familia decide proyectar un gasto para el próximo mes de quince (15) unidades monetarias. Asumamos que deciden realizar la práctica del endeudamiento, la famosa praxis de las visacuotas o el traslado de fondos de una cuenta a otra. Sin proponer otras alternativas, caemos al mismo punto "un posible apalancamiento".


Si trasladamos el sentido común a un plano de tipo "estado o república" y en éste ejemplo se explica que: la entidad responsable de recaudar los fondos para el estado "proyecta" que obtendrá un monto aproximado de treinta y ocho (38) millardos para el períod0 correspondiente, ¿qué sentido tendrá el proponer y autorizar un presupuesto de cuarenta y siete (47) millardos para el mismo período correspondiente. Significa que la diferencia que hay entre ambas cantidades ¿será amortizada de la misma manera que en el caso de la familia arriba mencionada?. Si es así y se repite cuatro (4) veces anuales durante la gestión de los gobernantes, se entiende claramente que se traslada esa deuda a los siguientes ocupantes de los puestos del estado - república.


Por lo tanto, si esto se ha venido haciendo durante los últimos ocho (8) años para no comenzar desde tiempos más remotos, me hace pensar que el mismo sentido común en la contabilidad, en las finanzas, en la presupuestación, en la matemática, en la lógica, en la ética, en la responsabilidad, en la sensibilidad y en el orden ni siquiera tiende a ser el menos común de los sentidos, sino que "Es inexistente". Entiéndase menos común porque deja de estár en el plano ontológico que se proponga.

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